La diarrea en los lechones recién nacidos es uno de los problemas más comunes en las granjas de cerdas. Sin embargo, el origen de la diarrea tiene una causa multifactorial, con muchos otros factores a tener en cuenta relacionados con el entorno, el manejo y la nutrición. Una de ellas es la importancia de la limpieza y la desinfección.

El procedimiento adecuado

– Vaciar completamente la sala.

– Saque todos los materiales y equipos (bien limpios) como las lámparas de calor, los comederos de lechones, etc.

– Mojar la habitación y rociar con un detergente biodegradable. Es mejor utilizar uno con un agente desengrasante para eliminar las biopelículas.

– Lavar a presión (se recomienda utilizar agua caliente) y dejar secar.

– Desinfectar y dejar secar de nuevo antes de llenar con nuevos animales.

– En ocasiones, añadimos polvo secante a la habitación antes de que entren los nuevos animales para eliminar la humedad restante.

El problema de no tener suficientes parideras en la sala de partos

La limpieza y la desinfección deben ir siempre acompañadas de una limpieza total por lotes. Para maximizar el uso de cada paridera, es habitual que en algunos lotes haya más cerdas que parideras, por lo que no se puede vaciar toda la sala. Si esto no es posible, como mínimo habrá que hacer tabiques para limpiar las salas. Es importante que los cerdos no se mojen, que la habitación esté seca y que no sea ni fría ni húmeda.

Un problema similar se ha observado en España como resultado de la infertilidad estacional, durante el verano, lo que resulta en un menor número de partos al comienzo del invierno. Debido al efecto compensatorio en el número de partos en otoño, las salas de partos no son lo suficientemente grandes como para albergar un lote completo, aumentando el número de partos en un 20-25%. Esto conlleva un peor procedimiento de limpieza y una falta de tiempo de inactividad en las salas. Como consecuencia, la incidencia de la diarrea aumenta en los lechones recién nacidos e incluso al final de la lactancia, siendo más persistente y difícil de tratar.

Sin embargo, cuando las cerdas entran en la sala tres o cuatro días antes del parto, con uno o dos días de descanso y cuando se ha llevado a cabo un buen protocolo de limpieza, desinfección y secado, la situación mejora considerablemente: la incidencia disminuye, la gravedad disminuye y la respuesta a los tratamientos mejora. Muchas veces en estas parideras que están en buen estado, la rehidratación y los antibióticos orales solucionan el problema y no vuelve a aparecer.

Otra razón del aumento de los problemas de diarrea en los últimos años tiene que ver con la falta de un tiempo de descanso adecuado entre lotes. Tener una sala de partos vacía se considera un gasto, pero hay que verlo como una inversión. Es difícil demostrarlo numéricamente, pero tres días de inactividad reducen el problema de la diarrea neonatal al disminuir la presión de la infección y mejoran la rentabilidad. El lavado con agua caliente y tres días de inactividad también son eficaces para reducir la carga de ooquistes en el medio ambiente.

En resumen, la reducción de la presión de la infección mediante una limpieza, desinfección y tiempo de inactividad adecuados es una de las herramientas indispensables para reducir la diarrea de los lechones recién nacidos. Aunque este tema se conoce desde hace mucho tiempo, en la práctica, muchos modelos de producción todavía no le dan la importancia que merece.