El papel vital de la leche de la cerda para los lechones
Conozca la importancia de la leche de la cerda en el crecimiento de los lechones, centrándose en el desarrollo mamario, el comportamiento de lactancia, la composición de la leche y la futura productividad.

El papel vital de la leche de la cerda para los lechones

La importancia del desarrollo mamario para la productividad de las cerdas:

El crecimiento mamario es un factor clave que determina la capacidad de producción de leche en las cerdas. La composición del tejido mamario cambia de tener un alto contenido de lípidos a un alto contenido de proteínas entre las primeras y últimas fases de la gestación (Ji et al., 2006). Esta transición se asocia con un aumento de las concentraciones circulantes de hormonas mamarias, como el estrógeno, la relaxina y la prolactina (Ji et al., 2006). El desarrollo mamario continúa durante la lactancia, con un aumento lineal del peso promedio de las glándulas mamarias lactantes en un 57% entre los días cinco y veintiuno de lactancia. El período de mayor masa mamaria coincide con el pico estimado de la lactancia, que ocurre entre las semanas dos y cuatro (Hurley, 2001). La paridad puede influir en el desarrollo mamario durante la lactancia, siendo las cerdas primíparas las que muestran mayor desarrollo en comparación con aquellas en su segunda o tercera paridad (Beyer et al., 1994).

Involución mamaria: ¿Cómo y por qué ocurre?

Las glándulas mamarias succionadas experimentan cambios drásticos en los primeros siete días después del destete, con alteraciones significativas que ocurren tan solo dos días después del destete (Ford et al., 2003). Las glándulas mamarias individuales que no son amamantadas regularmente durante la lactancia sufren una involución y se vuelven no funcionales, sin que se produzcan más reducciones en el tejido parenquimatoso durante los primeros siete días posteriores al destete (Ford et al., 2003).

La involución de la glándula mamaria es reversible dentro de las primeras 24 horas en las que una teta no es utilizada. Sin embargo, aunque sea reversible, una glándula no amamantada durante menos de 24 horas presentará una menor producción de leche durante el resto de la lactancia (Kim et al., 2001). La involución se vuelve irreversible después de tres días de que una teta no sea amamantada (Theil et al., 2005). Las glándulas mamarias que se amamantan durante la lactancia son más grandes que las no amamantadas al final de la involución, lo que sugiere que hay más tejido mamario disponible para el desarrollo en la próxima lactancia (Ford et al., 2003). Farmer et al. (2012) demostraron que una teta no utilizada durante la primera paridad producirá menos leche en la segunda paridad.

Hablemos de la producción de leche en las cerdas:

Después del parto, la lactancia puede dividirse en cinco fases: inicio, masaje previo a la eyección, eyección de la leche, masaje posterior a la eyección y final de la lactancia. Al comienzo de la lactancia, la cerda generalmente inicia el proceso vocalizando (gruñendo). Esto es seguido por los lechones reuniéndose en la ubre para el masaje previo a la eyección, que puede durar hasta tres minutos. Luego ocurre la bajada de la leche, con la eyección de leche que no dura más de 20 segundos. A esto le sigue un masaje post-eyección que dura varios minutos (Spinka & Illmann, 2015). La eliminación de la leche de los alvéolos y el sistema ductal de las glándulas mamarias requiere un reflejo neuroendocrino de eyección de leche. Este reflejo es desencadenado por el masaje de los lechones en la ubre (Fraser, 1980), lo que estimula la liberación de oxitocina, que provoca la eyección de la leche (Hartmann & Holmes, 1989). La lactancia cíclica comienza aproximadamente 10 horas después del inicio del parto (Lewis & Hurnik, 1985) y se desarrolla gradualmente (Algers & Uvnäs‐Moberg, 2007). La frecuencia de la lactancia juega un papel clave en la producción de leche, alcanzando un máximo alrededor de los días ocho a diez de la lactancia y disminuyendo posteriormente (Puppe & Tuchscherer, 2000).

Está claro que uno de los principales factores que influyen tanto en el desarrollo como en la involución mamaria es la succión de las glándulas mamarias por parte de los lechones. Amamantar una glándula mamaria en una lactancia aumenta la producción de leche en esa glándula durante la siguiente lactancia (Farmer et al., 2012), y la succión es crucial para prevenir la involución durante la lactancia (Theil et al., 2006). En los primeros días después del parto, la producción de leche excede las necesidades de los lechones, y la mayoría (>85%) de las sesiones de lactancia son iniciadas por la cerda y terminadas por los lechones. Cuando el suministro de leche se vuelve limitado (semanas tres a cuatro), la mayoría de las sesiones de lactancia son iniciadas por los lechones y terminadas por la cerda (Jensen, 1988; Jensen et al., 1991). Las cerdas terminan la lactancia alejándose de los lechones o limitando el acceso a las tetas al acostarse de lado con el vientre hacia abajo (de Passillé & Rushen, 1989b). Tanto la duración como la intensidad de la estimulación de las tetas por parte de los lechones individuales influyen en la producción de leche durante los primeros tres días de lactancia (Algers & Jensen, 1991), y la frecuencia de la lactancia también afecta el aumento de peso de los lechones (Spinka et al., 1997; Auldist et al., 2000; Valros et al., 2002).

Consecuencias de la falta de estimulación para futuros partos:

Farmer et al. (2012) demostraron que la falta de succión de una glándula mamaria en la primera paridad afecta su desarrollo y producción de leche en la segunda paridad. En el estudio, se cubrieron las mismas tetas o diferentes tetas durante la primera y segunda lactancia, de modo que en la segunda lactancia, los lechones tenían acceso a tetas previamente succionadas o no. Se observaron diferencias entre estas tetas tanto en el rendimiento animal como en las variables medidas a nivel de la glándula mamaria. Con respecto al crecimiento de los lechones, aquellos que mamaron de tetas previamente utilizadas pesaron 1,12 kg más a los 56 días de edad que los que mamaron de tetas previamente no utilizadas. Se observó una diferencia en la tasa de crecimiento de los lechones ya entre los días dos y cuatro de la lactancia, lo que sugiere un posible efecto beneficioso sobre la producción de calostro. Fraser et al. (1992) también observaron que, en la segunda lactación, las diferencias en la ganancia de peso corporal entre lechones que mamaban de tetas usadas o no en la primera lactancia eran más pronunciadas durante la primera semana de lactación en comparación con la segunda o tercera semana.

Efectos en el comportamiento de los lechones:

Otro aspecto interesante y novedoso del estudio de Farmer et al. (2012) fue el descubrimiento de que el uso o no uso de las tetas en el primer parto afectó el comportamiento de los lechones en el siguiente parto. En el tercer día de lactanción, los lechones que mamaban de tetas previamente no utilizadas mostraron un comportamiento más agresivo, fases post-eyección más largas y una mayor incidencia de fallos en la lactancia en comparación con los lechones que mamaban de tetas previamente utilizadas (Farmer et al., 2012). Estos comportamientos indican que los lechones estaban más ansiosos por obtener leche, reflejando una probable mayor sensación de hambre. Los efectos del uso anterior de las tetas en el comportamiento de los lechones no se observaron más adelante en la lactancia (es decir, el día 10).

Camadas numerosas y producción de leche: ¿Qué se puede hacer?

La selección genética para la hiperprolificidad ha dado como resultado cerdas modernas que producen camadas numerosas (Foxcroft, 2012). En estas camadas, a menudo hay un exceso de lechones en relación con la capacidad de lactancia de la cerda. Además, estas camadas se caracterizan por una mayor mortalidad de lechones, una mayor variación en el peso al nacer y una proporción relativamente alta de lechones con bajo peso al nacer (Foxcroft, 2012; Milligan et al., 2002). Como consecuencia, un gran porcentaje de cerdas se utilizan como nodrizas (Bruun et al., 2016), y muchos lechones no logran obtener una ingesta adecuada de leche para alcanzar su potencial de crecimiento completo.

En estas situaciones, el uso de cerdas nodrizas y la suplementación con sustitutos lácteos es común. Aunque los sustitutos lácteos pueden ser útiles para garantizar una nutrición adecuada para los lechones, especialmente en camadas grandes, no replican completamente los beneficios de la leche materna. Además, se sabe que la leche de cerda difiere en composición nutricional respecto a la leche de vaca (Spreeuwenberg et al., 2001). Los sustitutos lácteos a menudo contienen leche de vaca e ingredientes de origen vegetal, que tienen un menor contenido de grasa y mayores concentraciones de lactosa y proteínas que no se encuentran en la leche de la cerda. Pieper et al. (2016) encontraron que la expresión de citocinas proinflamatorias era mayor en lechones alimentados con sustituto lácteo en comparación con aquellos que se amamantaron con leche de cerda. Estos lechones también tenían criptas más profundas y una menor actividad de lactasa, factores que pueden estar asociados con cambios inmunológicos, fisiológicos y morfológicos fuertemente relacionados con el estado de salud y la inflamación en el tracto gastrointestinal (Pieper et al., 2016).

La maduración intestinal es crucial durante el periodo de transición de la lactancia al destete, lo que permite una adaptación más suave de la leche materna a una dieta basada en plantas, asegurando lechones más saludables. En el estudio de Amdi et al. (2022), titulado «La lactancia induce una actividad enzimática intestinal diferencial y una composición corporal distinta en comparación con la alimentación con sustituto lácteo en lechones», los lechones criados exclusivamente con sustituto lácteo tenían una composición corporal más magra a la edad de destete en comparación con los lechones que mamaban leche de cerda. En términos de salud y crecimiento, la críanza artificial tuvo el impacto más negativo, como se ilustra en una menor ganancia diaria en comparación con los lechones que amamantaron leche de cerda.

Desarrollo intestinal y suplementación nutricional en lechones:

Resaltando los beneficios que la maduración intestinal tiene sobre el rendimiento y la salud de los lechones, Wang et al. (2018) destacaron la importancia crítica del desarrollo de los enterocitos para la salud intestinal y el crecimiento post-destete de los lechones en «La relación entre la proliferación de enterocitos y la morfología intestinal y la digestibilidad de nutrientes en lechones al destete». Los resultados demostraron una asociación positiva entre la proliferación de enterocitos y parámetros clave de la función intestinal, como la altura de las vellosidades y la profundidad de las criptas. Estos hallazgos destacan la capacidad intrínseca del intestino de los lechones para absorber y digerir nutrientes de manera efectiva cuando se permite y estimula su desarrollo natural.

Tonisity Px es una solución isotónica especialmente formulada a base de proteínas, diseñada para mejorar la salud y el rendimiento de los lechones. Actúa proporcionando una combinación equilibrada de nutrientes y electrolitos directamente a las células intestinales, promoviendo una hidratación eficiente y una rápida recuperación de los animales. Tonisity Px se absorbe fácilmente en el tracto gastrointestinal, ayudando a mantener la integridad de las vellosidades intestinales, mejorando la digestión y la función gastrointestinal, y aumentando la absorción de nutrientes. Esto se traduce en lechones más saludables, con mejor crecimiento y menor incidencia de problemas digestivos.

Finalmente, es importante considerar que la salud y el crecimiento de los lechones pueden mejorarse significativamente con el uso de soluciones isotónicas de proteínas como Tonisity Px. El desarrollo intestinal se refleja en todas las fases de producción, incluido el periodo en el que consumen sustitutos lácteos. Aunque los sustitutos lácteos pueden ser necesarios en etapas posteriores para complementar la alimentación cuando la producción de leche de la cerda no satisface la mayor demanda de los lechones mayores, su uso debe planificarse cuidadosamente para evitar comprometer el desarrollo de las glándulas mamarias en las hembras debido a la saciedad que estos productos pueden proporcionar.

Para obtener más información sobre la etapa del destete y la importancia crucial de la alimentación temprana, le invitamos a leer nuestro artículo sobre la relevancia de la alimentación temprana para los lechones antes y durante el destete.

References

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