La base para la producción de cerdos se fundamenta en la unidad de la gestación y las habilidades de gestión son totalmente un reto, ya que se necesita un buen manejo, conocimiento y sobre todo una buena visión de conjunto.

Una alimentación correcta y adecuada de las cerdas garantiza una ovulación óptima, para asegurar el número óptimo de fetos y para asegurar la menor pérdida de peso posible durante el período de lactancia, de modo que la cerda esté en condiciones de recibir la siguiente camada de lechones.

Desde el destete hasta la cubrición, la cerda debe recibir una alimentación abundante (de 4,5 a 5,5 kg de pienso al día) para garantizar un buen celo y una buena ovulación y, tras la cubrición, las cerdas se evalúan y se dividen en tres grupos, a los que se asignan distintos niveles de alimentación durante las primeras 12 semanas de gestación.

El nivel de alimentación durante las primeras cuatro semanas después de la cubrición no afecta al número de cerdos nacidos ni a su peso al nacer, siempre que la asignación de alimento se sitúe entre 2,4 y 3,8 kg al día, ya que alimentar con menos de 2,4 kg al día aumenta la variabilidad del peso al nacer. Por lo tanto, durante este período, las cerdas deben recuperar el peso perdido durante la lactancia anterior, sin embargo, se les debe asignar al menos la cantidad de alimento correspondiente a sus necesidades de mantenimiento, con el fin de evitar el aumento del número de fetos pequeños.

Una cerda de 150 kg necesita 1,5 kg de alimento al día para su mantenimiento y la necesidad aumenta en 0,2 kg por cada 25 kg adicionales. En los primeros cuatro o cinco periodos de gestación, la cerda gana aproximadamente 20 kg de peso corporal por periodo de gestación. Para ganar un solo kilo de peso, una cerda debe comer unos 3,2 kg de pienso al día.

La temperatura de la nave también influye en la cantidad de alimento de mantenimiento que necesita la cerda y, en general, una cerda magra necesita unos 0,28 kg más de alimento al día cada vez que la temperatura baja cinco grados (por debajo de los 20 grados); en el caso de las cerdas gordas, necesitan aproximadamente 0,18 kg de alimento extra al día. Además, es importante señalar que la cantidad de alimento necesaria para el mantenimiento puede aumentar considerablemente si hay flujos de aire, o de humedad, en las zonas habitadas.

Después de la duodécima semana de gestación, el peso de la camada puede verse afectado positivamente cuando se aumenta la ración de las cerdas a 3,5 kg de alimento por día, ya que la cerda debe utilizar el alimento para el crecimiento del feto, así como para el crecimiento de la ubre y la producción incipiente de calostro. Los experimentos han demostrado que la alimentación adicional después de la 12ª semana de gestación aumenta el peso medio al nacer en 30 gramos por cerdo y aumenta la condición de la cerda, por lo que se reduce la pérdida de peso durante el periodo de lactancia.

Inmediatamente después del parto, la cerda debe recibir aproximadamente 3,5 kg de alimento al día y la cantidad de alimento debe aumentarse en función de la producción de leche de la cerda, hasta unos 6,5 kg de alimento después de la primera semana de lactancia. A continuación, la cerda debe ser alimentada de acuerdo con el apetito aproximado, pero el alimento no debe ser aumentado más rápido de lo que la cerda puede mantener. El objetivo es que las cerdas absorban una media de al menos 180 kg de alimento a las cuatro semanas de lactancia y, preferiblemente, cerca de 200 kg.